El Gran Premio de Mónaco 2024 volvió a generar controversia en la Fórmula 1. Esta vez fue Max Verstappen, piloto de Red Bull y cuatro veces campeón mundial, quien no ocultó su frustración tras una carrera que calificó como “casi Mario Kart”, debido a las restricciones y falta de posibilidades reales de adelantamiento en el icónico trazado callejero.
“Casi estábamos haciendo Mario Kart; luego tenemos que instalar piezas en el coche. A lo mejor puedes tirar plátanos; sí, no sé. Superficie resbaladiza”, afirmó Verstappen, quien finalizó en cuarta posición, sin haber tenido opción real de mejorar su lugar durante la carrera; pese al intento de la F1 de animar el evento con una obligación de usar tres compuestos de neumáticos diferentes (en dos paradas), el resultado fue una procesión sin cambios significativos desde la clasificación.
Una regla que no funcionó en Mónaco: estrategia forzada y sin impacto
Para combatir la monotonía habitual en Mónaco, la organización impuso una normativa que obligaba a los pilotos a realizar al menos dos paradas en boxes usando diferentes tipos de neumáticos. La intención era introducir nuevas variables estratégicas que alteraran el orden de carrera.
Sin embargo, Verstappen aseguró que el experimento fracasó: “Por supuesto que lo entiendo, pero no creo que haya funcionado. Una parada, 10 paradas… da igual. No se puede adelantar aquí”.
Durante la carrera, algunos equipos como Racing Bulls y Williams ejecutaron tácticas inusuales, como reducir la velocidad de sus autos para abrir huecos que facilitaran el regreso a pista de sus compañeros. Red Bull optó por que Verstappen esperara hasta la última vuelta para su segunda parada, esperando una bandera roja que nunca llegó.
Ironía y frustración: ‘Tal vez deberíamos lanzar plátanos’
En una de las declaraciones más comentadas, Verstappen comparó la carrera con el famoso videojuego: “Tal vez deberíamos tirar plátanos. Superficie resbaladiza”.
La metáfora hace referencia a la absurda imposibilidad de adelantar en Mónaco; incluso, cuando se modifican las reglas, insinuando que solo un caos ficticio como el de los videojuegos podría alterar el orden de la carrera.
El rendimiento del equipo Red Bull fue discreto desde los entrenamientos. Las imperfecciones del asfalto urbano de Mónaco, con sus baches y bordillos, pusieron en evidencia las limitaciones del RB21, incapaz de igualar el ritmo de McLaren y otros competidores en este tipo de trazados.
Verstappen se clasificó a siete décimas del poleman Lando Norris, una diferencia inusualmente amplia para el dominante piloto neerlandés. La penalización de Lewis Hamilton le permitió salir cuarto, pero desde ahí no tuvo opciones de escalar.
“Cada vez que intentaba seguirles el ritmo, los neumáticos se degradaban demasiado. Cuarto era lo máximo posible”, reconoció.
Así, Lando Norris ganó en el principado, seguido de Charles Leclerc y Oscar Piastri.
Max Verstappen, con la mirada puesta en Barcelona y en el campeonato de pilotos
El neerlandés ahora se enfocará en el próximo desafío: el Gran Premio de España en Barcelona (1 de junio), donde buscará recuperar terreno en la lucha por el título; actualmente se encuentra 25 puntos por detrás de Oscar Piastri; mientras, Lando Norris, ganador en Mónaco, se colocó a solo tres de su compañero en los papaya.
La crítica de Verstappen no solo apunta a la FIA y a la Fórmula 1 por decisiones técnicas, también reabrió el debate sobre la viabilidad del GP de Mónaco en el calendario actual, un circuito donde el espectáculo parece cada vez más difícil de garantizar.