El histórico juego entre los New York Yankees y los Diablos Rojos del México marcó el inicio de la era de Pepe Segarra con FOX Sports, ya que cantó su primer “¡Play Ball!” En su nueva casa.
El día invitaba a que pasaran grandes cosas en el diamante y Robinson Canó cumplió con las expectativas al conectar su primer jonrón con la franela de los Diablos, además del aderezo de la tremenda narración de Pepe Segarra y ante los Yankees ¡No sé podía pedir más!
Los Diablos se llevaron el juego de manera dramática por 3-4 y hasta mariachi hubo, pero la acción en el diamante no fue la única protagonista en el Alfredo Harp Helú.
El Museo de los Diablos
Con la licencia de Pepe Segarra, lo voy a parafrasear con la frase “las glorias de los Diablos”, porque así se puede definir el Museo de la novena capitalina, además de contener arte del diamante en el recinto.
El lugar que mezcla el beisbol y el arte sí existe y está en la Ciudad de México.
En todos los partidos de los Diablos Rojos del México junto al Alfredo Harp Helú, casa de la novena, se encuentra el museo dedicado a la “pandilla escarlata”.
Muy al estilo prehispánico te reciben dos guerreros con equipo para jugar beisbol y arte de la época.
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También hay un espacio dedicado a los ex peloteros de los Diablos que antes estuvieron en las Ligas Negras de Estados Unidos, cuando la pelota caliente se tenía que segregar en un tiempo difícil para el béisbol.
El museo tampoco se olvida de grandes figuras que no estuvieron en el diamante, pero ayudaron a la grandeza del béisbol en México como el periodista Pedro “El Mago” Septién o el mismo Alfredo Harp Helú. Que gracias a su academia salieron figuras como Roberto Osuna.
Aquí es donde el infierno, la pelota caliente y el arte se funden para brindar una gran experiencia.