Los Ravens tenían en mente renovar al quarterback Lamar Jackson, pero su constante rechazo a las ofertas puestas sobre la mesa por parte de la franquicia han hecho que en las oficinas del equipo cambien de idea.
De acuerdo a los insiders de NFL Network, Baltimore analiza la posibilidad de colocarle la etiqueta de jugador franquicia y después intercambiarlo por una gran cantidad de selecciones del Draft 2023, ya que Jackson se niega a aceptar el acuerdo propuesto por los Ravens.
¿Qué es la etiqueta de jugador franquicia?
Este método permite a los equipos contratar por un año a un jugador que se niegue a renovar con la franquicia, pero por esa temporada ganará el promedio de los cinco mejores sueldos de la posición, en el caso de Lamar Jackson, los Ravens tendrían que pagarle $32.4 millones de dólares solo por el próximo curso, aunque todo ese dinero está garantizado.
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¿Por qué Lamar Jackson no acepta?
La franquicia de la Conferencia Americana propuso un contrato de seis años por $133 millones de dólares, pero el quarterback quiere un acuerdo similar al de Deshaun Jackson con los Cleveland Browns, el cual comprende de cinco años y $230 millones de dólares, aunque todo el dinero está garantizado.
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El dilema de Baltimore
El gran problema de los Ravens radica en la apuesta de dejar marchar a un jugador probado en la NFL y que solo tiene 26 años, para intentar reconstruir la franquicia alrededor de un quarterback novato y otras piezas que puedan darle un salto de calidad a la franquicia. El caso más reciente no salió bien, ya que en 2012, los Rams recibieron una primera y segunda ronda de Draft para que Washington pudiera elegir a Robert Griffn III y ninguno pudo sacar provecho del intercambio.
