La noche del RAW tuvo una escena no apta para cardíacos que se cobró una víctima.
Lana le insinuó a Enzo Amore en vestidores. Le dio de beber y, vestida de rojo intenso, sedujo a Enzo que intentaba consolarla.
Incluso, la bella Lana, parecia sedienta de amor y llegó a arrancarle la remera a la Superestrella.
Amore cayó en su trampa y terminó pagando caro. Apareció Rusev y le dio una severa tunda.
Lana, con su rostro angelical se transformó en un demonio de la seducción.
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