A unos les pareció excesivo, a otros soberbio, pero la realidad es que Michael Phelps tenía varias razones para festejar su oro en 200 metros mariposa, literalmente, en la cara de Chad le Clos.
Todo inició en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. 'El Tiburón' era el favorito para ganar en 'su' prueba, pero un sudafricano de 20 años de edad le arrebató la presea dorada en la última brazada. Le Clos paró el cronómetro en 1:52.96, apenas cinco milésimas mejor que el campeón defensor.
Tras el evento, los nadadores forjaron una amistad que llevó a Phelps hasta Sudáfrica para bucear con tiburones, al lado de Chad; pero el gusto les duró poco.
Cuando El tiburón de Baltimore anunció su regreso a las piscinas aseguró que los tiempos en la prueba de mariposa no eran lo suficientemente rápidos.
La declaración no le sentó bien a Le Clos, quien expresó su molestia tras ganar el oro en los 100 metros en el Campeonato del Mundo de 2015: “Michael Phelps ha estado hablando de lo lentos que han sido los eventos en mariposa recientemente. Acabo de hacer un tiempo que él no ha hecho en cuatro años (50.56). Así que puede guardar silencio ahora.”
Claramente, Le Clos no tenía ni idea de que el estadounidense nadó esa misma distancia un día antes, con marca de 50.45, en los Phillips 66 National Championships; Phelps no estuvo en el Campeonato del Mundo porque cumplía un castigo tras ser arrestado por manejar en estado de ebriedad, en septiembre de 2014.
Pero Chad continuó con su show en Río de Janeiro. Durante las semifinales de los 200 metros mariposa, se preparó para saltar a la alberca frente a Phelps, quien demostró lo poco que le agrada el sudafricano con una mirada penetrante.
El estadounidense llegó a la final tras colocarse en segundo lugar en las dos clasificatorias que disputó, guardando lo mejor para la última pasada.
'La Bala de Baltimore' fue impecable, tanto, que Chad le seguía de cerca con la mirada, mientras Phelps mantenía la vista clavada al frente, como si la medalla de oro número 20 estuviera pegada en la plataforma.
Le Clos, no solo se tuvo que conformar con el cuarto lugar y con ver en lo más alto del podio a su acérrimo rival, sino con saber que nunca más trendrá la oportunidad de derrotarlo; tras la prueba Phelps le cerró la puerta en las narices: Esta es la carrera que realmente quería de regreso. Este evento era algo así como mi pan y mantequilla." Esa fue la última vez que lo nadé”.
Los ganadores van enfocados a ganar, los perdedores van a enfocados al ganador. #Rio2016xFOX pic.twitter.com/eEcuNcuC5U
— Jimena Sanchez (@jimenaofficial) 10 de agosto de 2016