El heredero Calero; así lleva Juan José el legado del mítico Cóndor, como campeón goleador de Expansión

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Miguel Calero (QEPD) junto con su familia cuando estaba en activo con Pachuca. (Cortesía)

El hijo del mítico Miguel Calero platicó con FOX Sports sobre el reto que le supuso quitarse la sombra de su papá para hoy ser el campeón goleador de Expansión.

Es imposible hablar de la Liga MX como la conocemos hoy día sin la imagen de Miguel Calero. Un futbolista de época cuya vida acabó con solamente 41 años, dejando un apellido imborrable que es sinónimo de triunfos y éxitos, pero que, a su heredero, Juan José Calero, le costó asimilar por muchos momentos en su juventud, especialmente por querer seguir sus pasos en la cancha.

Cardozo, Reinoso, Marín, Aguinaga, Gignac, Suazo, Gimenez; esos son algunos de los apellidos que han marcado la historia del futbol mexicano proviniendo del extranjero y allí también está el de Calero, el hombre que nació en Colombia, pero que hizo de Pachuca su casa y templo profesional.

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La responsabilidad de llevar el apellido Calero

En un principio, llevar el apellido Calero fue una pesada losa para Juan José porque las expectativas eran altas, aceptando que él se presionó más a sí mismo de lo que la gente esperaba de su carrera. Hoy, entendiendo que debe hacer su camino, presume de ser el campeón goleador de la Liga de Expansión, con 15 goles en 14 juegos defendiendo la camiseta de Venados FC.

“Al principio, cuando recién empecé a los 16 o 17 que debuté, claramente era una presión (el apellido Calero), pero creo que era más una presión que yo me puse. Obviamente la gente hablaba, estaba a la expectativa porque es un apellido que suena mucho en el futbol mexicano. Yo solo me puse presiones que, tal vez, por la edad, no me correspondía. Llegó un momento en el que mi objetivo era llegar o acercarme lo más posible a lo que hizo mi papá”, relató a FOX Sports.

“Fui creciendo y entendiendo que él tuvo su historia, que es una leyenda y que lejos de ver el apellido como una presión debía verlo como una bendición, pero con la responsabilidad de seguirlo en el futbol”.

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Ser un Calero es tener pasión por el futbol

Fue en diciembre del 2012 cuando el Cóndor abandonó este mundo, pero, aunque los años pasan, los aficionados le siguen recordando con respeto y cariño. Y entre las muchas cosas que heredó a sus hijos es la pasión del futbol, algo casi sagrado en el seno familiar Calero y que fue lo único que alguna vez hizo derramar algunas lágrimas a Miguel en presencia de sus herederos.

“Mi papá era una persona muy de casa, de su familia, siempre nos antepuso a mi hermano, a mi mamá y a mí, pero todo conllevaba al futbol porque era su vida. Curiosamente, la única vez que vi llorar a mi papá fue cuando Pachuca perdió la Final contra Pumas y cuando ganan la Final contra Colo-Colo. Mi papá era tan fuerte e imponente, pero lo único que podía hacerlo llorar es el futbol y me heredó esa pasión”.

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Miguel Calero y su hijo Juan José, quien hoy es jugador.. (Cortesía)