En la CDMX y su zona metropolitana, respirar aire contaminado —especialmente con altos niveles de partículas, ozono, dióxido de nitrógeno, benceno, dióxido de azufre, monóxido de carbono y metales pesados— puede causar una variedad de enfermedades y afecciones que afectan distintos sistemas del cuerpo.
Enfermedades respiratorias
- Asma: aumento en la frecuencia y severidad de crisis asmáticas, tanto en personas diagnosticadas como en nuevas apariciones.
- Bronquitis aguda y crónica: irritación e inflamación de bronquios, tos persistente y sibilancias.
- Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC): progresiva y debilitante, con reducción de la función pulmonar.
- Infecciones respiratorias (como neumonías y bronquiolitis): incrementadas debido a la exposición continua.
- Alteraciones en función pulmonar: función respiratoria reducida, especialmente en quienes trabajan al aire libre —vendedores ambulantes, en estudio mencionado—.
Enfermedades cardiovasculares
- Hipertensión arterial: relacionada con inflamación y estrés vascular generado por la contaminación.
- Infartos de miocardio, arteriosclerosis y accidente cerebrovascular: la contaminación del aire se asocia con un mayor riesgo y mortalidad por eventos cardiovasculares.
Efectos neurológicos y síntomas generales
- Cefalea, vértigo y mareo: reportados con frecuencia en exposiciones intensas.
- Fatiga, irritación ocular y prurito nasal: comunes en población que respira aire contaminado.
Cáncer y efectos sistémicos
- Cáncer de pulmón: exposición crónica aumenta significativamente el riesgo.
- Leucemia mieloide: vinculada a exposición prolongada a benceno, presente en emisiones vehiculares e industriales.
- Impactos en sistema inmunológico y desarrollo: riesgo aumentados de inmunosupresión y efectos adversos durante el embarazo.
Impacto en grupos vulnerables
- Niños y adolescentes: mayor incidencia de infecciones respiratorias, enfermedades crónicas y mortalidad asociada.
- Adultos mayores: más susceptibles a exacerbaciones respiratorias y enfermedades cardiovasculares.
- Trabajadores al aire libre: evidencias de patrones restrictivos u obstructivos en espirometrías, así como exacerbaciones de asma y EPOC.
Mecanismos de daño
- Irritación e inflamación de vías respiratorias: por ozono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre.
- Penetración profunda de partículas: las PM₂.₅ pueden llegar a los alvéolos y entrar al torrente sanguíneo, generando inflamación sistémica.
- Estrés oxidativo y daño vascular: contribuyen a hipertensión y daño endotelial.
