El sábado 11 de octubre de 2025, Gael García Bernal, reconocido actor mexicano, vivió una experiencia inédita al participar como piloto en la 75ª edición de la Carrera Panamericana, una de las competencias automovilísticas más emblemáticas del país. Su debut se dio en la etapa Puebla-Ciudad de México, un recorrido de 485 kilómetros dividido en ocho secciones de velocidad que atravesaron localidades como San Isidro, Mimiapan, El Limón, Tehuitzingo, Zaragoza, Cuayuca, Zacapala y Epatlán.
Una ruta desafiante para Gael García, a bordo de un Porsche
García Bernal apareció en la entrada del Museo Internacional del Barroco a bordo de un Porsche 911 GTS con diseño tricolor en rojo, naranja y amarillo. Lo acompañó como navegante Majo Rodríguez, piloto poblana especializada en carreras y tractocamiones, quien se encargó de guiarlo durante el trayecto.
“Me siento como un paracaidista que acaba de aterrizar; estoy muy agradecido por la invitación”, expresó Gael antes de iniciar la jornada.
La confirmación de su participación se dio seis meses atrás, aunque el anuncio oficial llegó dos meses antes del evento. Rodríguez explicó que, aunque el actor no recorrió la ruta completa previamente como hacen otros competidores, sí realizó pruebas en pista dos semanas antes para familiarizarse con el vehículo.
El actor comenzó su recorrido escuchando Crosstown Traffic de Jimi Hendrix, aprovechando el tramo de tránsito donde se permite música. Durante la carrera, alcanzó velocidades cercanas a los 230 km/h, guiado por las indicaciones precisas de su copiloto.
“Ayuda que siempre tiene la cabeza fría, se sabe concentrar muy bien y sabe escuchar”, destacó Majo Rodríguez.
Después, el convoy llegó a Tehuitzingo, punto de recarga para autos y pilotos. Gael descendió del vehículo con evidente entusiasmo y compartió un desayuno ligero: papaya, puré de camote y espárragos al olivo.
“Es difícil para todos, más para mí por ser la primera vez, pero me la pasé muy bien”, comentó sonriente en frases que recogió Milenio Diario.
Gael García: entre curvas, paisajes y recuerdos cinematográficos
Durante el recorrido, García Bernal disfrutó de los paisajes verdes propios de la temporada de lluvias. “Me gustan más las plantas que los coches, pero estos son buena manera de acercarte a ellas”, confesó. También recordó su experiencia en Diarios de motocicleta (2004) y aclaró que en Amores perros (2001) fue un doble quien condujo en la escena del choque.
En un gesto emotivo, se detuvo a firmar un póster de Amores perros entre los objetos que le mostraban los aficionados, ignorando gorras y camisetas para elegir el cartel que lo lanzó al estrellato.
El trayecto final hacia Ciudad de México se retrasó casi tres horas debido al cierre de la carretera México-Puebla por la volcadura de una pipa. Los autos se reagruparon en Cholula, con Gael al frente, y retomaron el camino por Zaragoza.
Frente al Palacio de Bellas Artes, cientos de personas esperaban muy temprano. Familias completas participaron en dinámicas y ocuparon los espacios alrededor de la meta. La entrada de los autos fue recibida con aplausos, gritos y sorpresa.
“¡Ah, la ver***!”, exclamó un niño al ver pasar el Porsche rugiendo por la Avenida Juárez.
Ya en la plataforma de exhibición, Gael estacionó el vehículo y agradeció la experiencia, calificándola como “muy vintage”. Recordó que una semana antes había estado en el mismo lugar presentando el 25 aniversario de Amores perros, junto a Alejandro G. Iñárritu, Guillermo Arriaga y Gustavo Santaolalla.
Aunque no reveló si planea seguir en el automovilismo, García Bernal evidenció su entusiasmo: “Me está dando miedo que me guste tanto, es muy divertido, toda la gente es increíble”.
Tras saludar brevemente al público, se retiró, dejando una estela de emoción entre los asistentes y consolidando su debut como piloto en una de las carreras más icónicas del país.