El mediocampista César Garza, uno de los referentes de la Selección Mexicana Sub-20, fue autocrítico tras la eliminación del combinado nacional en los cuartos de final del Mundial Sub-20, disputado en Chile, donde Argentina venció 2-0. Garza reconoció que el conjunto sudamericano no solo impuso su futbol, también su fortaleza emocional, factor que inclinó la balanza en un partido marcado por la intensidad y la frustración del cuadro tricolor.
“Sabemos cómo es Argentina de pegar, de meter. Ya lo sabíamos. Igual nos dejamos comer la cabeza y obviamente hubiera sido diferente con todos ellos amonestados como debería de ser; y, en nuestro caso, cada falta que hicimos fue amarilla, pero la verdad no es excusa. Fueron mejor equipo y nos ganaron justamente”; es decir, más allá de las decisiones arbitrales, el triunfo albiceleste fue merecido.
Argentina ganó en lo mental y México pagó sus errores: ‘Ni modo, toca tragarla y aprender’
El futbolista del Dundee FC de Escocia explicó que la frustración del grupo se debe a que el Tri Sub-20 venía mostrando un gran nivel a lo largo del torneo, pero pequeños errores defensivos terminaron costando el pase a semifinales. “Obviamente duele mucho sabiendo el equipo que teníamos, el nivel que estábamos demostrando, pero nos faltaron los detalles. Muy flojos defensivamente en esos dos goles y pagamos caro”, comentó.
México compitió durante amplios tramos del partido, pero la diferencia estuvo en la eficacia; mientras la Albiceleste aprovechó sus oportunidades, los dirigidos por Eduardo Arce no pudieron concretar las ocasiones generadas. “Tuvimos nuestras oportunidades, las fallamos, y ellos con individualidades sacan el partido. Ni modo, toca tragarla y aprender”, agregó Garza.
El mediocampista también subrayó que la derrota no reflejó todo lo mostrado por el equipo durante la Copa. Según su análisis, el Tri jugó con intensidad y carácter, aunque un par de desconcentraciones fueron suficientes para que un rival de jerarquía marcara la diferencia. “No todo el partido fue malo, sólo esas jugadas de gol, pero el futbol es así: con 20 segundos que hagas mal, especialmente con Argentina, se paga caro”, señaló.
Con la eliminación ante Argentina, México culminó su participación en el Mundial Sub-20 cumpliendo el objetivo mínimo de llegar a cuartos de final, aunque con la sensación de haber podido alcanzar más. El propio entrenador Eduardo Arce había reconocido que el equipo “perdió la cabeza” en momentos clave del encuentro, coincidiendo con la reflexión de Garza sobre la influencia psicológica del rival.
Este resultado dejó una enseñanza clara para el futuro: el talento y la entrega del futbol mexicano necesitan acompañarse de mayor temple y control emocional para poder competir con éxito en escenarios de máxima exigencia. Aun así, el torneo dejó buenas sensaciones en cuanto al desarrollo de jugadores como Garza, Diego Ochoa, Tahiel Jiménez e Isaías Violante, acompañados de Gilberto Mora, quienes mostraron cualidades prometedoras rumbo a eventos de mayor enbergadura.
El mensaje de César Garza resumió la realidad del Tri Sub-20: hubo crecimiento, talento y compromiso, pero faltó ese componente de madurez que marca la diferencia en los torneos internacionales. Ahora, cada jugador deberá continuar su proceso en clubes nacionales o europeos, con la esperanza de consolidar lo aprendido y transformar la frustración en experiencia.



