El exjefe y CEO del equipo de Fórmula 1 Red Bull, Christian Horner, dejó oficialmente la organización tras alcanzar un acuerdo de desvinculación cuyo monto, aunque confidencial, se estimó en casi 100 millones de dólares. Con ello, se cerró un ciclo que comenzó en 2005 y que lo consagró como uno de los líderes más exitosos en la historia reciente del automovilismo.
Horner fue apartado de sus funciones tras el Gran Premio de Gran Bretaña en julio de 2025, en medio de una lucha de poder dentro de la estructura de Red Bull. Aunque permaneció como empleado durante algunos meses, finalmente salió de los consejos directivos de Red Bull Racing, Red Bull Powertrains y Red Bull Applied Technologies en el Reino Unido.
Su contrato tenía vigencia hasta 2030, lo que explicó la magnitud de la liquidación que recibió.

El mensaje de despedida de Horner de Red Bull
En un comunicado difundido por la escudería, Horner expresó: “Liderar Red Bull Racing ha sido un honor y un privilegio. Cuando comenzamos en 2005, ninguno de nosotros podía haber imaginado los campeonatos, las victorias y los recuerdos que construiríamos. Estoy increíblemente orgulloso de lo que logramos como equipo”.
El británico subrayó que su mayor satisfacción fue conformar y liderar a un grupo de ingenieros y talentos que transformaron a una simple filial de una empresa de bebidas energéticas en un coloso capaz de desafiar y derrotar a marcas automotrices históricas.
Horner también deseó suerte a Max Verstappen, Yuki Tsunoda y Laurent Mekies; además, destacó su expectativa por ver debutar el primer motor propio de Red Bull en 2026 y el desarrollo del hipercoche RB17.
Oliver Mintzlaff, CEO de Proyectos Corporativos e Inversiones de Red Bull, reconoció el trabajo del británico:
“Queremos agradecer a Christian por su excepcional labor durante los últimos 20 años. Con su compromiso, conocimientos y pensamiento innovador, fue clave para convertir a Red Bull en uno de los equipos más exitosos de la Fórmula 1”.
Bajo su mando, la escudería conquistó ocho títulos de pilotos (cuatro con Sebastian Vettel y cuatro con Max Verstappen), además de seis campeonatos de constructores, consolidando su hegemonía en diferentes etapas de la categoría.
¿Por qué salió Christian Horner de Red Bull?
La ruptura no se explica por un único factor. A las tensiones internas se sumó una investigación por conducta inapropiada, de la que fue absuelto pero que debilitó su imagen; además, el creciente poder que acumuló dentro del equipo incomodó a sectores influyentes del consorcio, incluido Jos Verstappen, padre del actual tetracampeón.
La prensa alemana relató que, días antes de su despido, Horner organizó un evento privado en su finca de Oxford al que no asistieron ni Chalerm Yoovidhya, accionista principal, ni Max Verstappen. Esa ausencia fue interpretada como un signo de distanciamiento que precipitó su salida.

Christian Horner: un legado de títulos y rivalidades
Más allá de los logros deportivos, Horner se convirtió en una figura mediática global. Su matrimonio con Geri Halliwell, ex Spice Girl, y su papel protagónico en la serie Drive to Survive, donde su rivalidad con Toto Wolff (Mercedes) se volvió un eje narrativo central, lo llevaron más allá de los paddocks.
También fue responsable de fichajes estratégicos, como el de Sergio ‘Checo’ Pérez, quien junto a Verstappen protagonizó una de las etapas más exitosas de Red Bull.
¿Qué sigue para Horner?
Aunque su salida de Red Bull es definitiva, su futuro en la Fórmula 1 no está cerrado. Algunos rumores lo vincularon a Alpine, pero Renault desmintió la venta del equipo. Cadillac F1, que debutará en 2026, también descartó su llegada. Ferrari, en su momento interesado, renovó el contrato de Fred Vasseur, cerrando esa posibilidad.
De esta forma, Horner deberá esperar a que se aclaren sus restricciones contractuales para evaluar una posible incorporación a otra escudería en el futuro. Lo cierto es que, con apenas 51 años, aún tiene margen para regresar a la categoría que lo convirtió en un referente.

La salida de Christian Horner marcó el fin de una era de casi dos décadas en Red Bull, donde construyó un imperio competitivo, desafió a gigantes del automovilismo y se convirtió en uno de los personajes más influyentes de la Fórmula 1 moderna.
Su indemnización multimillonaria y su legado lo colocaron como un actor inevitable en el futuro cercano del deporte, aun fuera de la estructura que lo vio crecer.



