Esaú Diéguez: el entrenador guatemalteco que guio a Crawford en su TRIUNFO HISTÓRICO sobre Canelo Álvarez

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Esaú Diéguez, originario de Huehuetenango junto a Terence Crawford tras la histórica victoria frente a Canelo Álvarez en Las Vegas.

El coach, originario de Huehuetenango, se consolidó como figura clave en la esquina de Terence durante la derrota de Saúl Álvarez en Las Vegas.

El 13 de septiembre en el Allegiant Stadium de Las Vegas, Terence Crawford derrotó al mexicano Saúl 'Canelo’ Álvarez, arrebatándole todos sus títulos de peso supermediano y convirtiéndose en campeón indiscutible; más allá del desempeño del estadounidense, en esa esquina también estuvo Esaú Diéguez, un entrenador guatemalteco que desde hace más de dos décadas forma parte del equipo del campeón.

La velada no solo significó un golpe deportivo para Álvarez, quien quedó sin cinturón por primera vez en diez años, también un motivo de orgullo para Guatemala, al ver a Diéguez consolidarse como referente técnico en la élite del boxeo.


Esaú Diéguez: los orígenes de un entrenador chapín

Esaú Diéguez nació en Santa Cruz Barillas, Huehuetenango, y en su juventud, fue boxeador amateur en su nación. Su talento lo llevó a proclamarse tres veces campeón nacional, antes de tomar una decisión que cambiaría su vida: migrar a Estados Unidos en la década de los noventa.

En un inicio, trabajó en una empacadora de carne en Nebraska, pero nunca dejó de lado su pasión por el boxeo. Allí conoció a Brian McIntyre, con quien fundó la B&B Sports Academy, gimnasio en el que empezaron a formar jóvenes talentos. Entre ellos estaba un adolescente Crawford, con quien Diéguez incluso hizo sparring en los primeros años.


¡Los 25 años de Esaú Diéguez junto a Crawford!

Tengo 25 años con el equipo (...) y soy parte de los entrenadores. Muchas gracias a todos los chapines por el apoyo”, declaró Diéguez tras la victoria en Las Vegas. Sus palabras reflejaron una relación que trascendió lo deportivo: fue mentor, guía y confidente en los momentos más críticos de la carrera del campeón.

La disciplina y el estilo de Crawford se pulieron bajo la influencia de un equipo donde Diéguez fue pieza indispensable, tanto en la preparación física y técnica, como en la construcción de una mentalidad competitiva a prueba de presiones.


Esaú Diéguez tuvo doble celebración en Las Vegas

La noche en la Ciudad del Pecado no solo fue memorable por la coronación de Crawford. El entrenador guatemalteco también acompañó a Léster Martínez, otro pugilista de Guatemala, en su pelea frente al francés Christian Mbilli.

Aunque el resultado no fue el esperado, su presencia en un escenario de tal magnitud confirmó que el boxeo guatemalteco empieza a tener eco internacional.

Para los aficionados chapines, fue una doble celebración: la participación de Diéguez en la esquina del campeón indiscutible y la presencia de Martínez en una cartelera de alto calibre.

El contraste de la noche fue el futuro incierto de Canelo Álvarez, quien tras la derrota admitió: “Intenté de todas las maneras, pero no pude descifrar el estilo. Crawford merece todo el crédito”.

Álvarez, con 35 años, se mostró más lento, sin la explosividad que lo había caracterizado. Durante largos pasajes del combate, fue el mexicano quien parecía el pugilista de mayor edad, mientras Crawford —que está cerca de cumplir 38— dominaba con precisión y estrategia.

La derrota generó dudas sobre si los mejores años de Álvarez quedaron atrás, después de casi dos décadas en lo más alto del boxeo profesional.

Eso sí, el triunfo de Crawford no puede entenderse sin la constancia de un equipo que trabajó tras bambalinas durante más de dos décadas. En ese grupo, Esaú Diéguez representó el ejemplo de un migrante que salió de Guatemala con sueños modestos y hoy es parte de la historia grande del boxeo.

Con figuras como Diéguez y Martínez, Guatemala empieza a encontrar espacios en escenarios donde antes parecía imposible competir: ¡Los puños de Crawford fueron pulidos en piedra chapina!