Uno de los episodios más recordados —y dolorosos— en la historia reciente de Cruz Azul tuvo lugar en la Semifinal de Vuelta del Guard1anes 2020, cuando Pumas logró una remontada épica al imponerse 4-0 en el Estadio Olímpico Universitario, igualando el marcador global (4-4) y avanzando por posición en la tabla.
A casi cinco años de aquel episodio, Ignacio ‘Nacho’ Rivero, hoy capitán y referente del equipo cementero, compartió sus sensaciones en una entrevista para el podcast Shaggy Martínez x La Banda, conducido por su excompañero José Joaquín Martínez.
“Ese día de Pumas yo sentí algo raro, una energía rara”, confesó Rivero, quien en ese momento recién había llegado al club en calidad de préstamo: “era mi primer torneo y vivir algo así fue muy duro. No era fácil de explicar lo que pasaba en la cancha”.
Una sensación compartida en el vestidor de Cruz Azul en C.U.
El Shaggy Martínez coincidió en que aquella noche en Ciudad Universitaria hubo un ambiente distinto. Desde el calentamiento, asegura, se percibía algo inusual.
“Sí, yo también. En el Azteca pudimos haberles metido siete a Pumas, pero ellos nos podían meter siete en C.U. Yo sentía algo raro desde el calentamiento. Veía a los compañeros y parecía que estábamos dormidos, una sensación que no se puede describir”, relató Martínez.
Esa percepción se reforzó con el desarrollo del partido, donde Cruz Azul no encontró respuesta a la intensidad de Pumas, que logró la hazaña bajo un contexto marcado por la pandemia de COVID 19 y estadios sin público.

Una derrota de Cruz Azul que transformó al equipo: ¡El camino a La Novena!
A pesar del dolor y la frustración, tanto Rivero como Martínez coinciden en que aquella eliminación se convirtió en un punto de inflexión para Cruz Azul. Bajo la dirección técnica de Robert Dante Siboldi, el equipo vivió un fuerte golpe anímico que derivó en cambios importantes, desde la directiva hasta el vestidor, y que se consolidaron con la llegada de Juan Reynoso meses después.
“Desde ese día hasta La Novena cambiaron muchas cosas. Todo comenzó en el momento que nos metieron el cuarto gol. Si no hubiéramos perdido con Pumas, quizás no quedábamos campeones después”, expresó el “Shaggy”.
Rivero, por su parte, reveló que su situación contractual hacía el momento aún más delicado: “Era campeón o me iba, porque estaba a préstamo. El margen de error era muy pequeño, imagínate mi situación”, recordó el uruguayo, quien logró ganarse un lugar fijo en el club y hoy es uno de los jugadores más queridos por la afición celeste.
La amarga experiencia de 2020 sirvió como motor para que Cruz Azul corrigiera errores y fortaleciera su mentalidad competitiva. Apenas unos meses después, con Juan Reynoso al mando, el equipo rompió una sequía de más de 23 años sin título de Liga, al conquistar el Clausura 2021, recordado por la afición como La Novena.
Rivero reconoció que sin aquella caída en CU quizá el equipo no habría alcanzado la madurez necesaria para conseguir el campeonato. Hoy, como capitán, consideró que la resiliencia mostrada en ese periodo es una de las claves del ADN cementero actual.
Desde su llegada, Nacho Rivero disputó múltiples finales, con títulos, y se ganó el respeto de compañeros, entrenadores y aficionados. Su entrega y liderazgo lo convirtieron en un referente indiscutible, al grado de que él mismo manifestó su deseo de retirarse con la camiseta celeste.
Lo que en 2020 fue un golpe demoledor hoy se recuerda como el inicio de un camino que llevó al éxito. Aquel 4-0 en contra sigue vivo en la memoria, pero no como una herida abierta, sino como una lección que ayudó a forjar el carácter de un campeón.




