A partir de 2026, México iniciará un proceso de transformación laboral con la reducción gradual de la jornada semanal de 48 a 40 horas, una medida que busca equilibrar la vida personal y profesional de los trabajadores sin comprometer la productividad empresarial. Esta reforma, impulsada por el Gobierno Federal, se implementará de forma escalonada hasta el año 2030.
Un plan gradual para una reforma estructural
El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Marath Baruch Bolaños López, anunció que la reducción se aplicará en cinco etapas anuales:
- 2026: 46 horas semanales
- 2027: 44 horas
- 2028: 42 horas
- 2029: 41 horas
- 2030: 40 horas
Este enfoque progresivo responde a la necesidad de evitar disrupciones económicas y permitir que, tanto empresas como trabajadores, se adapten a los nuevos esquemas laborales. Bolaños López subrayó que “la reducción de jornada debe ejecutarse de forma gradual, con cambios y adecuaciones de gran calado y muy significativas”.
Beneficios esperados según organismos internacionales
La STPS respalda esta reforma con estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que demuestran que jornadas más cortas pueden:
- Reducir la fatiga laboral
- Disminuir errores y accidentes
- Mejorar la productividad
- Fomentar un mejor equilibrio entre vida personal y trabajo
Estos beneficios no solo impactan positivamente en los trabajadores, también fortalecen el entorno empresarial, al reducir el ausentismo y los conflictos internos.
Propuestas para acelerar la transición
El gobernador de Nuevo León, Samuel García, propuso incentivos fiscales para las empresas que adopten la jornada de 40 horas antes de 2030. Según García, “aquellas empresas que estén listas para implementar la jornada de 40 horas deberían recibir beneficios fiscales para compensar los costos asociados, como el pago de horas extras o la reducción de días de trabajo”.
Por su parte, el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales, Alejandro Malagón, apoyó la reducción gradual, pero pidió que se garantice la flexibilidad y sostenibilidad del proceso. Malagón sugirió:
- Subsidios para PYMES
- Revisión de sectores sensibles como el alimentario
- Mejor organización del trabajo para evitar horas extras
Preocupaciones del sector privado a la reducción de la Jornada Laboral
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) expresó reservas sobre la reforma, especialmente en el contexto de una economía con alta informalidad (54.5%) y baja productividad, la más baja entre los países de la OCDE.
Coparmex pidió que cualquier modificación a la Ley Federal del Trabajo se construya mediante un diálogo social tripartito, que incluya al gobierno, empleadores y trabajadores. También propuso:
- Excepciones razonables para sectores específicos
- Evitar impactos negativos como pérdida de empleos o aumento de la informalidad
La implementación de esta reforma ocurre en un entorno complejo. Estados como Oaxaca, Chiapas y Guerrero presentan niveles de informalidad superiores al 75%, lo que podría dificultar la transición hacia esquemas laborales más formales.
Coparmex advirtió que una reforma sin atender estos desafíos podría provocar:
- Menos empleos formales
- Precarización laboral
- Cierres de empresas
- Debilitamiento económico
La reducción de la jornada laboral en México representa un cambio histórico que busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores y modernizar el mercado laboral; sin embargo, su éxito dependerá de una implementación cuidadosa, diálogo constante entre sectores y medidas complementarias que atiendan los retos económicos y sociales del país.



