Rúben Amorim, actual entrenador del Manchester United, no esquivó ningún tema en su conversación con el medio The Times. El portugués, que asumió las riendas del histórico club inglés tras una trayectoria destacada en el Sporting de Lisboa, reconoció que su llegada al banquillo de Old Trafford fue más desafiante de lo esperado; aun así, su visión es clara: seguir en el club el tiempo que sea necesario para transformarlo desde la raíz.
“Entrenar al United es como ir a una pelea con las manos atadas a la espalda; tuve que esperar y esperar. Me sentí frustrado, impotente. Pero ahora estamos en un lugar mejor, aunque apenas estamos comenzando”, declaró Amorim, en una frase que resumió su sentir sobre las limitaciones estructurales y contextuales con las que lidió desde su arribo.
Amorim quiere hacer un Sir Alex Ferguson
A pesar de los retos, Amorim aseguró estar profundamente comprometido con el proyecto y con la afición que lo acompaña. “Tardé cinco años en elegir este club, así que no quiero fracasar. Esa es la única presión que siento; quiero quedarme 20 años. Ese es mi objetivo. Realmente creo que algo sucederá”.
El técnico explicó que no fue una decisión improvisada: “Durante los últimos años estuve esperando el club adecuado. Sé que suena loco. Pero elegí este club; tuve la sensación. Hasta que pueda, me quedaré aquí”. Su intención, aseguró, es generar vínculos duraderos y construir una identidad colectiva, más allá de resultados inmediatos.
Garnacho y los desafíos en la plantilla para Amorim
Uno de los temas más sensibles para Amorim es la situación del argentino Alejandro Garnacho, cuya permanencia en el club está en duda. “Es un chico muy talentoso; a veces las cosas no funcionan. No puedes explicar específicamente qué es, pero tengo la sensación de que Garnacho quiere algo diferente, con un liderazgo distinto. Y puedo entender eso”, explicó.
Sin rodeos, el entrenador aceptó que no todos los jugadores encajan en todos los proyectos: “A veces te adaptas a un chico, tienes la conexión. Otras veces, él quiere un nuevo desafío. No es un problema”.
Amorim también hizo referencia a su experiencia en el Sporting de Lisboa, donde muchos dudaron de su capacidad cuando fue nombrado técnico. “Dijeron en Sporting que en tres meses estaría fuera. Dijeron que tenía un 3% de posibilidades de ganar un título: era lo mismo. Sé que la presión es diferente, pero realmente creo en eso y no me gusta cambiar de club”.
Estas palabras reflejaron una filosofía personal: perseverancia, convicción y paciencia, valores que Amorim intenta trasladar a su gestión en el United; incluso, cuando el entorno exige resultados inmediatos. “No porque no supiera qué hacer para cambiar el club, sino porque estaba decepcionando a toda esta gente”, dijo sobre los momentos más duros de la temporada anterior.
El largo camino hacia la reconstrucción en Manchester United
Pese a los momentos adversos, Rúben Amorim está convencido de que la situación puede revertirse si hay continuidad y tiempo para trabajar. El portugués cree que el Manchester United debe ser reconstruido desde sus cimientos, y que ese proceso requiere paciencia, entendimiento institucional y un liderazgo claro.
“Ahora estamos en un lugar mejor, pero queda mucho por hacer”, concluyó.
Su fe en el club permanece intacta, su proyecto es a largo plazo y su voluntad de resistir sigue firme.



