El Gran Premio de Bélgica 2025 comenzó con el sello característico del circuito de Spa-Francorchamps: clima impredecible y decisiones a debate. La intensa lluvia que cayó sobre el trazado obligó a los comisarios a cancelar el procedimiento de partida, generando una bandera roja inmediata y una ola de críticas, encabezadas por el campeón del mundo, Max Verstappen.
“Eso es una tontería. Deberíamos correr y relajarnos. Dios mío”, expresó el piloto de Red Bull por radio, visiblemente molesto por la decisión de no arrancar la carrera.
Pilotos en Bélgica, divididos entre seguridad y espectáculo
La lluvia no fue el único problema. La visibilidad en pista era prácticamente nula, como lo evidenció Lando Norris, quien partía desde la pole position. El piloto de McLaren fue claro: “El problema es la visibilidad. La cantidad de agua no está tan mal”.
Oscar Piastri respaldó la decisión de detener la carrera: “No puedo ver detrás del Safety Car”, reportó desde su monoplaza; mientras algunos pedían precaución, otros, como Verstappen, exigían acción inmediata.
Una hora y media de espera… y el sol apareció
Tras casi 90 minutos de incertidumbre, el control de carrera determinó reanudar la competencia. La pista comenzó a secarse rápidamente gracias a la aparición del sol, lo que permitió que los monoplazas salieran a pista para completar cuatro vueltas detrás del Safety Car.
Aunque no hubo una largada tradicional, la carrera finalmente comenzó con las 44 vueltas programadas.
Piastri sorprende a Norris en la largada bajo Safety Car
Con la pista en mejores condiciones, la acción no tardó en llegar: Oscar Piastri ejecutó un rebase espectacular sobre Lando Norris, aprovechando la cautela del británico. El movimiento fue limpio y preciso, punto de inflexión en la carrera, que hasta ese momento había sido dominada por la estrategia y la paciencia.
No es la primera vez que Spa se ve envuelto en condiciones duras por el clima. En 2021, apenas se completaron tres vueltas detrás del Safety Car, lo que generó críticas por parte de pilotos y fanáticos. El recuerdo de aquel episodio, por lo pronto, solo quedó en eso, con la gestión del clima en Bélgica siempre impredecible.



