La Final de la Eurocopa Femenina 2025 entre Inglaterra y España no solo ofreció drama deportivo y emociones hasta el último suspiro. También dejó una escena que inmediatamente trajo a la memoria uno de los episodios más controversiales del futbol reciente: el doble toque en un penal, tal como sucedió hace meses con Julián Álvarez en la Champions League.
El hecho ocurrió en el primer disparo de la tanda, cuando Bethany Mead, atacante inglesa, se perfiló para ejecutar; en el instante previo al golpeo, resbaló ligeramente, lo que provocó un contacto simultáneo o casi consecutivo con ambos pies. La pelota entró a portería, igual que en el intento de Álvarez; sin embargo, el desenlace fue distinto.
La árbitra francesa Stéphanie Frappart, encargada de impartir justicia en esta Final continental, ordenó repetir el disparo. La decisión, aunque polémica para algunos, se alineó estrictamente con la normativa vigente de la IFAB.
¿Qué dice el reglamento sobre el doble contacto en penales?
De acuerdo con la aclaración de la International Football Association Board (IFAB), organismo responsable de las reglas, se establece lo siguiente:
“En relación con la situación de que el lanzador golpee accidentalmente el balón de manera involuntaria con los dos pies simultáneamente o el balón le toque el pie o la pierna de apoyo justo después de ejecutar el lanzamiento, el penalti debe repetirse”.
Esto significa que, cuando se identifica que un jugador no tuvo intención deliberada de tocar el balón dos veces, pero lo hizo producto de un desequilibrio o resbalón, el penal puede ser válidamente repetido, siempre que el árbitro lo determine como accidental.
¿Por qué el caso de Julián Álvarez fue anulado?
El disparo de Julián Álvarez en la Champions League, durante el duelo de octavos entre Real Madrid y Atlético, tuvo una secuencia muy similar: el argentino resbaló, tocó la pelota dos veces y anotó; no obstante, el árbitro en esa ocasión no lo consideró un doble toque involuntario, sino una infracción que derivó en la anulación del gol y la reanudación con tiro libre indirecto.
La diferencia clave radica en la interpretación del árbitro. En Singapur, Frappart juzgó que el contacto de Mead fue involuntario; por ello, decidió repetir el cobro. La atacante inglesa, en el segundo intento, falló el penal, pero el desenlace no cambió el rumbo del partido: Inglaterra se consagró bicampeona europea.

Inglaterra, campeona tras dramática definición
La Final terminó con empate 1-1 en tiempo regular y en la prórroga. España se había adelantado al minuto 25 gracias a Mariona Caldentey, quien culminó una gran jugada por la banda derecha tras pase de Ona Batlle. El empate de Inglaterra llegó en el 57’, con un certero cabezazo de Alessia Russo tras centro de Chloe Kelly.
La tanda de penales fue dominada por las inglesas. Hannah Hampton, arquera de Inglaterra, detuvo dos disparos; mientras, Chloe Kelly convirtió el definitivo para firmar el triunfo por 3-1.
De esta manera, el equipo dirigido por Sarina Wiegman consiguió su segundo título consecutivo en la Eurocopa Femenina, consolidándose como la gran potencia del continente en esta generación dorada del futbol inglés.
La actuación de Stéphanie Frappart fue una de las más comentadas tras el partido, pero también fue destacada por su precisión al aplicar el reglamento. La colegiada francesa, con experiencia en grandes torneos tanto femeninos como masculinos, mostró criterio y conocimiento normativo, evitando que un error de interpretación empañara la Final.



