En una pelea por demás emotiva y brutal, como en toda su carrera, Dustin Poirier le dijo adiós a la UFC.
El peleador de 36 años no pudo contener las lágrimas tras completar su última pelea en la UFC, en la que cayó por decisión unánime ante Max Holloway en una pelea que reflejó su carrera: emotiva, brutal, sin filtros y honesta ante un rival que, pese a ganar, le entregó el octágono para su caminata final.
Rodeado de su familia, Poirier se despojó de sus guantes y los descansó en el octágono tras 15 años en la compañía y un récord 30 victorias y 9 derrotas dentro de la compañía.
Por si fuera poco, Poirier se pudo despedir ante su gente en Louisiana, donde nació, creció y le puso fin a su carrera profesional en compañía de su familia.
¡HOLLOWAY LO HONRÓ CON 10 SEGUNDOS BRUTALES!
La batalla, en la que el peleador hawaiano puso en juego su cinturón peso ligero (BMF), fue por demás emotiva. De hecho, Holloway puso a Poirier en muchos aprietos durante el primer round y estuvo a nada de noquearlo.
Para el segundo asalto, Dustin hizo lo propio, derribó a Holloway e intentó someterlo, pero la campana terminó salvando al campeón, que el resto de la pelea propuso a Poirier una pelea con puro intercambio de golpes, olvidándose ambos de la lucha.
El quinto asaltó fue especial. Y es que, durante los últimos 10 segundos, Holloway bajó la guardia y llevó a Poirier al centro del octágono para que ambos intercambiaran una ráfaga de golpes, un volado que seguramente habría dejado noqueado a uno, como pasó cuando Max hizo lo mismo con Justin Gaethje en 2024.
Dustin accedió, pero a los pocos minutos abrazó a Holloway para no arriesgar más en su última pelea como profesional.
Y así, al ritmo de ‘My way’, de Frank Sinatra, Poirier cerró su telón en la UFC.
