El ‘Gigante de Cerro Azul’ recuerda con nostalgia a ese joven Carlos Hermosillo de 21 años, con apenas año y medio de haber debutado en Primera División pero convocado por el entrenador Bora Milutinovic no solo a disputar su primer Mundial con México, sino para hacerlo en casa.
A Hermosillo aún hoy se le enchina la piel, pues recuerda cómo cambiaron las ciudades y la manera en que iba creciendo la expectativa en todo el país para el Mundial de México 86, algo que no encuentra de momento de cara al del 2026, para el cual falta justo un año.
El contraste lo siente porque mientras ve a un Tricolor sin esencia y una Liga MX cuestionada, en el ’86 recuerda que la afición se desbordaba, al grado de que llegaban a hacer hasta una hora al Estadio Azteca, aun cuando la Selección se concentraba cerca y el trayecto normal no debía ser de más de 15 minutos.
“Salíamos tres horas o tres horas y media antes porque el recorrido del Centro de Capacitación al Estadio era como de una hora. Era tal la euforia de la afición que no nos podíamos mover”, contó en charla con Alberto Lati.
“Por eso hoy me cuesta pensar en lo frío que está el ambiente. Estamos a un año del Mundial y tendríamos que estarlo viviendo, pero algo tiene que ver con lo que nos ha entregado la Selección y nuestro futbol”.
‘PONÍAMOS ‘LA OLA VERDE’…
Hermosillo no sólo recuerda estar impresionado por jugar un Mundial en su país o compartir vestidor con figuras como Hugo Sánchez, Javier Aguirre o el ‘Jefe’ Tomás Boy, sino en general por el ambiente en todo el plantel.
Era esa la segunda Copa del Mundo para nuestro país, luego de la realizada en 1970. Sin embargo, la de 1986 llegó después del terremoto de un año antes, tragedia que unió al país. Eso se vio reflejado en muchos detalles, como el videoclip que grabó la Selección en el que los jugadores cantaban: “¡El equipo Tricolor, tiene mucho corazón y en la cancha lo demostrará…!”
“Recuerdo que había una grabadora para todos, poníamos: ‘La Ola Verde’. Era un ambiente muy agradable, me da mucha nostalgia recordarlo porque veías a la gente al lado del camión y para mí era algo nuevo, tenía año y medio o dos años de haber debutado. Era motivante a morir”, recordó.
‘120 MIL MEXICANOS, ESO NO LO VA A VIVIR NADIE’
Las imponentes entradas para ver al Tri en el Mundial de 1986, cuando el Azteca todavía tenía aforo para más de 100 mil personas, emparejados con Bélgica, Paraguay e Irak en Fase de Grupos, todavía recorren la memoria de Hermosillo, quien aseguró que sólo un Clásico Nacional en el ‘84 le había provocado tal impresión, al grado de que terminó con malestar estomacal producto de los nervios.
“Para mí fue una gran experiencia ese Mundial. Mi primer estadio lleno fue en una Final América vs Chivas en el 84, y recuerdo esa vez que Carlos Reinoso me dijo: ‘No salga a la cancha hasta que salga el equipo’. Yo no sabía por qué, pero me salí. Era un monstruo de 120 mil almas gritando, me regresé a vomitar y a vomitar, me puse tan mal que al medio tiempo me sacaron”, relató.
“Después de vivir esa experiencia, un año después en el Mundial ya sabía cómo manejar esta energía que recibes de la gente y traté de canalizarla de la mejor manera: 120 mil personas gritando, echando porras. Eso no lo va a volver a vivir nadie, ni en el próximo Mundial, nadie. Ese momento fue increíble, histórico”.
A diferencia de ello, hoy Hermosillo no siente la misma euforia, en parte también porque en 1986 México fue sede absoluta de todo el torneo, mientras que para el 2026 apenas será anfitrión de 13 de los 104 partidos.
“Falta un año para el Mundial y hay poco ambiente, poco ambiente. Yo creo que tiene mucho que ver con el torneo que tienes en este país. Para motivar a la gente, la gente también tiene que ver un buen torneo, buenos jugadores, y eso es importantísimo”, consideró.
“Recuerdo en el Mundial del 86 volteabas y veías liderazgos impresionantes, por eso digo que lo siento frío, porque antes, a un año, ya veías demasiado ambiente. Creo que también pasa porque la Selección no ha pasado por un buen momento”.