Nacho Rivero vivió las 48 horas más intensas y felices de su vida.
El capitán del Cruz Azul alineó ante Vancouver Whitecaps, por la Final de la Copa Campeones Concacaf, con apenas 3 horas de sueño, pues acompañó a su esposa antes y durante el nacimiento de su hijo, sólo para después correr al hotel de concentración la mañana este domingo y reportar con el resto de sus compañeros.
Por la noche, el uruguayo saltó a la cancha como titular y capitán, disputó el partido en el que se acabaron llevando el título por goleada, siendo Rivero quien abrió el marcador.
“Felicidad, el mejor día de mi vida, la verdad que muy feliz, el nacimiento de mi hijo, con una guerrera que es mi señora, con una gran familia detrás.
“Un día increíble, anteayer estaba entrenando, me llama mi señora, me toca ir al hospital, pasarme toda la noche ahí, dormir tres horas, porque no dormí, llegué al hotel, almorcé con los chicos, descansar y venir a jugar, era mi sueño terminar de esta manera”, contó Rivero a TUDN.
‘ESTE ESTADIO SE HIZO NUESTRO’
Finalmente, Rivero destacó la fuerza que tuvo Cruz Azul y su afición para finalmente hacerse fuertes en CU, donde conquistaron el título y lo hicieron pesar incluso más que Pumas, local en ese inmueble.
“Muchísimo, estuvimos cerca, un equipo con mucha resiliencia, muy feliz de lo que somos, de lo que significa la afición del Cruz Azul, ya lo ha dicho mucha gente aquí, al lugar que vamos, hay azules por todos lados.
“Este estadio se hizo nuestro, la gente acompañó, nosotros contagiamos, hicimos nuestra labor. Ahora feliz y que lo disfruten porque lo merecen. Hoy el mejor día de mi vida, también la pasé mal antes por el fallecimiento de mi mamá, sé que allá arriba o en algún lugar siempre me acompaña”, sentenció.
