Durante su pontificado, el Papa Francisco nunca disimuló su pasión por el futbol, al que se refería como “el deporte más hermoso del mundo”, en el cual veía un instrumento de paz y de educación.
Desde sus compatriotas argentinos Messi y Maradona, pasando por Ibrahimovic o Buffon, Jorge Bergoglio recibió a las estrellas más destacadas del deporte rey en el Vaticano y dedicó decenas de camisetas y balones procedentes de todos los rincones del mundo.
Aunque se calzó las botas de futbol durante su niñez en las calles de Buenos Aires, nunca brilló en el campo de juego.
“Cuando era joven siempre me ponían de portero porque jugaba mal. Me decían que tenía los dos pies en el mismo zapato”, confesó en un libro publicado en 2022.
El gran amor del Papa Francisco, San Lorenzo de Almagro
La afición del 266º Papa por el futbol es inseparable de su apego al club histórico de San Lorenzo de Almagro, a cuyos partidos solía ir con su padre.
Tras su elección en 2013, Francisco conservó su carta de socio del club rojo y azul, pese a una “infidelidad” cometida en 2020 por el club rival, Boca Juniors, en el marco de una obra educativa. Una iniciativa que hizo correr ríos de tinta.
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La despedida de San Lorenzo al Papa Francisco
“Siempre cuervo. Jorge Bergoglio, el niño enamorado del San Lorenzo del 46, que caminaba por avenida La Plata hacia el Viejo Gasómetro. Siempre cuervo también como sacerdote, como cardenal, cuando le concedió el sacramento de confirmación a Ángel Correa en la capilla de Ciudad Deportiva”.
“Socio comprador de metros cuadrados, para ayudar a la gesta incomparable de la vuelta a Boedo. Cuando pasó a ser Francisco, cuando lo designaron Papa, le contó al mundo su amor por el ‘Ciclón’ de todas las maneras posibles”
“Se emocionó con cada visita azulgrana, tras ganar la Libertadores, con el amistoso en Roma y en la última, cuando se le pidió autorización para que el nuevo estadio en Boedo lleve su nombre. Desde San Lorenzo, hoy al Papa Francisco le decimos ‘adiós, gracias y hasta siempre’. Juntos por la eternidad”.