En México la Secretaría de Salud ya registró el primer caso documentado de miasis en humanos, padecimiento ocasionado por el gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax), esto detectado en una mujer de 77 años, originaria de Chiapas, aunque las autoridades piden estar alerta, mientras esta persona recibe los cuidados necesarios.
Este gusano puede encontrarse principalmente en el ganado, principalmente bovino, por lo que recomienda estar pendiente, a la espera del reporte de más casos en nuestro país, pues ahora ya hay evidencia de que también afecta a los humanos y no solo a los animales.
¿Qué es la miasis? Recomendaciones para tratarla:
La miasis es una enfermedad parasitaria, provocada por la infestación de larvas de moscas que proliferan en un ambiente como el tejido vivo de animales y humanos. El gusano barrenador es uno de los principales causantes, que necesita estas condiciones, a diferencia de otras especies que pueden servirse de materia en descomposición.
Tratar cuidadosamente las heridas abiertas, pues es principalmente donde pueden dañar los gusanos barrenadores, pues ahí se instalan y comienzan los problemas para la salud, ya que ahí se gesta la enfermedad.
¿Cómo se contagia la miasis?
La miasis se produce cuando las moscas del gusano barrenador depositan sus huevos en una herida abierta de humanos o animales. heridas en la piel o cavidades como la boca, nariz u ojos; los huevos de este eclosionan a las 24 horas y comienzan a alimentarse de su entorno.
Síntomas de la miasis:
En humanos:
- Dolor, inflamación y enrojecimiento en la zona infestada.
- Las larvas producen una sensación de movimiento en la piel del afectado.
- Secreción con mal olor y, en casos más graves, daño severo en los tejidos subyacentes.
En animales:
- Lesiones abiertas que dan mal aspecto a la piel.
- Sangrado persistente o confluencia de pus en las heridas.
- Cambios en el comportamiento, como irritación, pérdida de apetito o decaimiento.
Tratamiento de la miasis:
El tratamiento de este padecimiento conlleva la extracción de las larvas de la zona afectada, limpieza de la herida y el uso de antibióticos para combatir infecciones. Si no se trata a tiempo puede provocar infecciones severas, necrosis de tejido y en casos extremos, afectar órganos vitales.