El britanico Lando Norris (McLaren) ganó el Gran Premio de Australia, el primero de la temporada 2025 de la Fórmula 1, muy perturbado por la lluvia y los accidentes, superando al tetracampeón, el neerlandés Max Verstappen.
En el circuito urbano de Albert Park, Norris, quien partió en primera posición de la parrilla, no se dejó sorprender por la presión, por la precipitación ni por Mad Max, con quien luchó sin suerte por el título mundial en 2024; además, el británico George Russell (Mercedes) se clasificó tercero y completó el podio.
Sobre las condiciones húmedas en Australia, los tres pilotos fueron cuestionados sobre el riesgo que se generó tras el choque de Fernando Alonso, quien quedó fuera de carrera al perder el control de su Aston Martin y acabar en el muro en la vuelta 34.
Esa situación generó el safety car y el ingreso de la pesada grúa para desalojar al AMR25, aunque Verstappen tiró fuerte sobre accidentarse justo cuando la pista está a baja velocidad con las maniobras durante los siniestros.
“Pensé que estaba bien, sí; es decir, si chocas (con las grúas) detrás del coche de seguridad, eres un completo imbécil”.
Lando Norris secundó el comentario de Max sobre el actuar de los pilotos cuando ocurre un accidente así: “Entonces no deberías estar en la F1”; en ese tenor, un poco más sutil, George Russell agregó que “sí, creo que todo estuvo bien”, dándole peso a las frases de Max.
Durante la carrera, el brasileño Gabriel Bortoleto (Sauber) y Liam Lawson, compañero neozelandés de Verstappen, abandonaron tras salirse de la pista.
En especial fue un caótico y negro fin de semana para Liam, quien reemplazó a Sergio ‘Checo’ Pérez.
También abandonaron prematuramente el australiano Jack Doohan (Alpine) y el español Carlos Sainz (Williams), ambos víctimas de una salida de la pista en la primera vuelta.
Tampoco habrá que olvidar el desafortunado estreno de Isack Hadjar (Racing Bulls), quien abandonó antes de la partida, al salirse de la pista durante la vuelta de formación.
Esa acción generó el llanto del piloto de RB, quien fue consolado por Anthony Hamilton, padre del volante de Ferrari; en contraste, Helmut Marko calificó los papelones de Hadjar y Lawson como un ‘show lacrimógeno vergonzoso’.