México estuvo en la boca de todo el mundo hace tres años, después de que se desató una gresca entre aficionados de Querétaro y Atlas en el Estadio Corregidora, que dejó 26 heridos y un sinfín de personas que temieron por su vida.
Lo que parecía un partido común y corriente de Liga MX, terminó en uno de los capítulos más oscuros en la historia del balompié nacional que terminó con un año de veto al Estadio Corregidora, así como también la suspensión de la directiva de Gallos Blancos (Gabriel Solares, Adolfo Ríos, Manuel Velarde y Greg Taylor) durante los cinco años posteriores.
El 5M marcó un antes y un después en el Estadio Corregidora, una cancha que se caracterizaba por mantener un ambiente familiar, pero que hoy en día ni sus propios aficionados quieren asistir por el ambiente enrarecido que se vive en sus partidos.
Rafael Amílcar Godínez, coordinador de la Resistencia Albiazul (grupo de animación de Querétaro), platicó a FOX Sports México sobre todo el aprendizaje que dejó el fatídico episodio que vivió la Liga MX hace tres años.
“El 5 M no sucede el 5M. Este accidente, esta tragedia viene desde la pandemia, donde los encargados de velar por la seguridad se relajaron y dejaron de darle importancia a la seguridad”, aseguró.
Estadio Corregidora, con vista de halcón para evitar actitudes de barra en los partidos de Querétaro
Los malos resultados del equipo, aunado al pobre ambiente que ofrecían en las tribunas, hizo que los aficionados de los Gallos Blancos poco a poco fueran abandonando a su equipo.
El veto de un año caló profundo en los queretanos, sobre todo por las actitudes que tomaron las autoridades, según Godínez, tras el terrible incidente frente al Atlas. Según este aficionado, cada partido termina con alrededor de 50 detenidos por alentar a su equipo sin algún asomo de violencia.
Una de las medidas que tomó la Federación Mexicana de Futbol (FMF), en conjunto con la Liga MX, fue negar el acceso a los grupos de animación en partidos como visitantes, hecho que desprotegió a todos los aficionados que realizaban los viajes para seguir a sus respectivos equipos.
“Los aficionados siguen viajando y ahora están más expuestos que nunca. Antes mínimo tenían un operativo, tenían una zona para estacionarse, una zona para estar resguardados dentro del estadio… ahorita nada de eso existe”, explicó Rafael Amílcar.
Los seguidores no fueron los únicos que sufrieron los estragos de la gresca entre Querétaro y Atlas, sino que el propio Estadio Corregidora perdió su esencia y color.
“Es el peor estadio para ver un partido de futbol. Es un estadio muy frío. El aficionado debería poder cantar, pero se generó una consigna que todo lo que genere algún tipo de actitud barra debe ser reprimido, es sancionado. Si tú en el Estadio Corregidora te levantas a cantar (…) están siendo sancionados. Si tú llegas con una bandera en tu carro, sacándola desde una ventana, ya eres detenido”.
A diferencia de lo que denuncia en Querétaro, Godínez asegura que sí es viable el entendimiento entre barristas, directivas y autoridades. Como ejemplo pone el Estadio Nemesio Díez del Toluca. “Tigres es también otro ejemplo, con la barra que les ayuda a tener ese espectáculo en el estadio”, agregó.
