Fue drogadicto, luego sacerdote, luchador e inspiró la cinta ‘Nacho Libre’: la historia de Fray Tormenta

alt default
Fray Tormenta Sergio Gutiérrez Benitez ha llevado una doble vida por más de 50 años. (Fox Sports Digital)

Hoy con 80 años de edad y poca visión, el ex luchador contó a Fox Sports cómo pasó de ser adicto a recibir elogios hasta del Papa Juan Pablo II.

Más allá de El Santo y Blue Demon, la lucha libre mexicana está llena de extraordinarios personajes que trascendieron rings y llegaron hasta Hollywood o el Vaticano, como el caso de Fray Tormenta.

De nombre Sergio Gutiérrez Benítez, este ex alcohólico convertido en sacerdote y luchador inspiró la película de Nacho Libre, pero también videojuegos y hasta cómics.

“Llevé una vida muy tormentosa dentro del alcoholismo, la drogadicción. Fui criado en la Colonia Tres Estrellas de la delegación Gustavo A. Madero, donde tuve una vida muy mala”, relató Gutiérrez Benítez en entrevista.

“Un día vi que estaba abierta una iglesia, entro, el padre estaba confesando y le dije, ‘quiero que me ayude, soy drogadicto’”.

Sin embargo, el sacerdote lo rechazó, a lo que Gutiérrez Benítez respondió con una mentada de madre.

“Le dije, ‘si hubiera sacerdotes chidos, que se preocuparan por nosotros, cambiaríamos’”.

Decepcionada, su madre incluso le llegó a decir que preferiría que lo mataran para no vivir angustiada, a lo que Gutiérrez respondió: ‘no te preocupes, mañana me meto de cura’”. Fue así como ingresó a la Orden de Padres Mercedarios en Toluca, donde casi lo corren porque pronto se inmiscuyó en una pelea.

Lee más | Chiquis García recuerda cómo vivió el golazo de Pepe Cardozo con Toluca al América en 2003 (VIDEO)

Su formación teológica lo llevó luego a Roma y España, para luego ser enviado a Veracruz, donde trabajó evangelizando personas en situación de calle. Aunque el protocolo dictaba que su ordenación formal como Padre debía ser en la Catedral, él prefirió que fuera en un altar en pleno barrio “entre drogadictos, prostitutas y delincuentes”, a quienes ayudaba.

Gracias a esa labor conoció a un sacerdote catalán con la misma vocación y quien le sugirió enfocarse en rescatar niños. A sus superiores no les gustó la idea y lo mandaron a Puebla y luego a Texcoco, lugares a donde lo seguían esos “cachorros” que ya cuidaba.

Fue así que por su cuenta, sin ayuda de la diócesis a al que pertenecía, fundó una casa hogar en Ecatepec, donde formó un grupo musical para bodas y fiestas con tal ganar algo de dinero. Fue ahí donde se le ocurrió ser luchador.

Inspirado por la película mexicana El Señor Tormenta (1962), en la que un sacerdote se convierte en luchador para cuidar de sus huérfanos, decidió que ese era su camino.

“Encontré ahí en la parroquia a un luchador, José Ramírez, que me enseñó, porque ningún luchador me quería enseñar. A base de sacrificio hago mi debut en una arena que se llama La Curva”, relató.

Con un diseñador de máscaras decidió que los colores de la suya serían el amarillo y el rojo, con dos rayos a los lados, además de las iniciales FT para denominarse Fray Tormenta y ganar más dinero, aunque al inicio se decepcionó porque solo le pagaron 200 pesos.

Lee más | ‘Los partidos contra América son importantes, pero es uno más’, Paulinho descarta revancha para Toluca (VIDEO)

Fray Tormenta inicialmente peleaba sin mencionar que también era un sacerdote, por miedo a tener problemas en ambos oficios, hasta que un día el Huracán Ramírez lo descubrió cuando le hizo un llamado que no pudo atender. “Es que tengo una boda”, dijo Fray Tormenta, lo que dejó atónito a su colega, pensando inicialmente que sólo era un invitado. “Yo los voy a casar, soy sacerdote”, le aclaró.

Posteriormente, el Huracán Ramírez reveló la doble identidad de Fray Tormenta, lo que inicialmente le trajo problemas tanto en la lucha libre como en la iglesia, pues su fama se desbordó a nivel internacional, algo que nunca le importó pues siempre luchó por sus Cachorros de la Casa Hogar. “Todo lo que gané fue para ellos”, asegura.

En su labor religiosa quisieron impedirle seguir participando en el pancracio, por lo que reclamó lo que le correspondía económicamente para mantener a los Cachorros de Fray Tormenta, así que le permitieron que continuara.

Su fama le permitió llenar arenas, enfrentar a Santo y Blue Demon, salir en portadas de periódicos y llegar a oídos del papa Juan Pablo II, quien en una ocasión le dijo: “ojalá hubiera muchos Fray Tormentas en la iglesia”.

“Se acabaría la iglesia, su Santidad”, le respondió Fray Tormenta en tono de broma, “y esa frase no se me olvida”.

¿Qué fue de Fray Tormenta, el sacerdote luchador?

Fray Tormenta perdió la vista hace un año a causa de problemas como el glaucoma, y su vida, a los 80, sigue ligada a la lucha libre y la iglesia, para poder solventar los gastos de sus tratamientos.

En la lucha libre acude a firmas de autógrafos y vende mercancía mientras Fray Tormenta Jr, uno de sus “cachorros”, lo representa en el ring. En la iglesia renunció a la parroquia debido a sus padecimientos, pero si alguien lo llama para dar una misa, acude con gusto.

¿Qué opina Fray Tormenta de las películas que inspiró?

Sobre las películas, cómics y videojuegos que inspiró, Fray Tormenta está bien informado, sobre todo de El hombre de la máscara de Oro (1991) y Nacho Libre (2006), protagonizadas por dos actores de Hollywood, Jean Reno y Jack Black, respectivamente.

“A Jean Reno sí lo conocí, sí platiqué con él y me dieron cierta cantidad de dinero, pero la regaron, nunca supieron aprovechar la máscara, el equipo. Donde pegó mucho esta película fue en Japón”, opinó sobre El Hombre de la Máscara de Oro.

“A Jack Black no lo conocí, fue todo a través de teléfono y toda la cosa, para Nacho Libre, que por cierto en toda la unión americana me conocen como el Nacho Libre original mexicano y así me presentan allá en Estados Unidos. Pero también la regaron, (salvo) en unas escenas que se grabaron en Oaxaca en que se oye el grito, ‘Tormenta, Tormenta’”, indicó.

Además se realizaron películas latinoamericanas, así como se realizaron videojuegos en Japón.

“También sé, porque me mandaron un recorte, que en los libros de historia de Japón está el nombre de Fray Tormenta”, compartió. “Me siento contento porque soy mexicano, fui producto de Dios y de la gente que sabía que luché por un solo objetivo, llevarles sustento, vestido y comida a los Cachorros de la Casa Hogar”.