El mismo resultado por tercer derbi liguero consecutivo en el Santiago Bernabéu, un empate 1-1 que aviva la pelea por LaLiga, con el Atlético de Madrid sosteniendo el pulso al vigente campeón y que fue líder provisional con la exquisitez del lanzamiento de penalti de Julián Álvarez, antes de que el Real Madrid recuperase puesto de privilegio con el despertar de Vinícius y el gol en su primer derbi de Kylian Mbappé.
Había chutado a las nubes Barrios en el minuto 31 tras una acción en la que Samu Lino se quedó tendido en el césped dentro del área madridista. En un momento en el que el Real Madrid iba encerrando al Atlético de Madrid más por empuje que por brillantez, el VAR avisó al árbitro, César Soto Grado.
La polémica estaba servida en una semana de carta dura del Real Madrid contra el estamento arbitral. El colegiado cambiaba su decisión tras revisar la jugada. El balón pasaba de largo, Tchouaméni, sin mirar al rival, pisaba una parte de la bota de Lino. Accidental o no, el nuevo futbol castiga cualquier despiste. Por pequeño que sea. Y en medio del ruido, con el estadio encendido, apareció un segundo de calma en el golpeo suave, acariciando el balón de Julián Álvarez, engañando con su lanzamiento a Courtois.
El Atlético asaltaba el liderato, encontraba el premio desde el orden que inculca Diego Simeone. Como en París, ante el PSG, o en Montjuic, ante el Barcelona, el equipo rojiblanco crecía desde un buen resultado en un día grande. Lo pagó un Real Madrid que dominó desde una posesión intrascendente. La tensión se mascaba tanto como la impotencia de cada ataque infructuoso. Simeone impidió que su rival corriese en transición y las ideas brillaron por su ausencia sin reacción desde el banquillo de Ancelotti.
¡REAL MADRID DESPERTÓ TRAS EL DESCANSO!
La imagen del Real Madrid fue radicalmente opuesta tras el paso por el vestuario. Aumentó agresividad, con el orgullo herido. Recuperó el orden táctico, con Vinícius pegado a la banda izquierda.
Encontró rápido el premio a su mejoría el conjunto madridista. Instalado ya en su identidad de las remontadas, de un centro preciso de Rodrygo a Bellingham, que perdonó en boca de gol, nació el empate en el disparo rechazado de Giménez y el balón muerto mandado a la red en semifallo por Mbappé. Era su primer derbi y cumplía extendiendo su buena dinámica goleadora. Nueve goles en sus siete últimos partidos.
El Real Madrid pasó de no chutar a puerta en toda la primera mitad a hacerlo ocho veces en 25 minutos. Siempre a las manos de Oblak. Ceballos, Lucas, Rodrygo, Mbappé.
El pulso por LaLiga sigue abierto, sin vencedor en el Bernabéu pero sí en Barcelona con la oportunidad para los de Hansi Flick de situarse a dos puntos de la cabeza.