Veljko Paunovic es un volcán activo y en Chivas nadie se salva.
En el duelo ante Bravos, el entrenador serbio llegó al límite de su paciencia, con sus jugadores, cuerpo técnico y el arbitraje de Fernando Hernández.
Pauno montó un espectáculo en su área técnica, donde fue un auténtico león enjaulado cuando algo, de su minucioso plan para vencer a Bravos, fallaba.
El primer que la tuvo que pagar fue el “Chapo” Sánchez, de un flojo primer tiempo y que tenía al estratega ‘comiéndole la oreja’ en el límite del área técnica.
Maldijo en lengua serbia
Fue tal la pérdida de nervios que Paunovic se olvidó de su español y empezó a tirar cualquier tipo de maldiciones en su lengua madre, con el “Chapo” como la principal causa.
Así fue el primer tiempo del entrenador de Chivas, ganándole por la mínima a Bravos y cobrando con bilis cada una de las fallas de los suyos.
Pero fue el complemento lo que le quitó años de vida a Paunovic.
Estalló con su cuerpo técnico y jugadores
Y es que, con tal de sostener su ventaja, Paunovic preparó un triple cambio: Ricardo Marín, Pocho Guzmán y Yael Padilla.
El movimiento, que tenía que cristalizarse en un par de minutos, se extendió más de la cuenta entre la tardanza del cuerpo técnico del serbio para dar indicaciones, y los segundo que perdió Padilla en hidratarse para entrar a la cancha.
Paunovic no aguantó más: le gritó a su canterano en plena zona técnica y sus auxiliares Claudio Arzeno y Nuno Gomes también se llevaron algún insulto cómo daño colateral.
Para ese entonces, el estratega ya había perdido toda la tranquilidad y también la ventaja en el marcador.
Yonatan Aguirre, cuarto árbitro, fue otro que constantemente sintió la furia de Pauno, a quien sólo le bajó la adrenalina cuando Fernando Hernández lo amonestó ya en el último suspiro del encuentro.
