Refugiada afgana pero seleccionada danesa: la ausente presencia de Nadia Nadim en el Mundial Femenil

Esta delantera que a los 12 años huyó de Afganistán cree que los futbolistas no pueden ser siempre ‘políticamente correctos’ sino que deben alzar la voz ante las injusticias del mundo.

El Mundial Femenil está lleno de historias de inspiración y la vida de Nadia Nadim es una de ellas, pues aun cuando se perdió la Copa del Mundo por lesión su voz resuena en Australia-Nueva Zelanda por la lucha social que ha emprendido con el futbol como altavoz.

Así como Alphonso Davies se convirtió en estrella del futbol mundial tras nacer en un campo de refugiados en Ghana y establecerse en Canadá, Nadim llegó huyendo con su madre a Dinamarca, luego de que el régimen talibán asesinara a su padre en Afganistán.

Pero su fortaleza y ganas de salir adelante hacen que su valía se sienta más allá del futbol, pues pese a perderse el Mundial luego de sufrir una rotura de ligamento en septiembre del 2022, esta delantera de 35 años de edad es una de las voces más importantes del balompié femenil.

“Espero contribuir durante muchos años a mejorar la situación de niñas y mujeres a través del futbol, especialmente en aquellos lugares del mundo donde no tienen las mismas oportunidades, como Latinoamérica, Asia, Oriente Medio, África, lugares donde ni siquiera tienen acceso al colegio”, aseguró en una entrevista  para Newtral.es en mayo pasado.

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HUIR DE LA GUERRA PARA UN NUEVO COMIENZO… SIN SU PADRE

Significado de Nadia: la que trae esperanza. Nacida el 2 de enero de 1988 en Afganistán, la guerra le dejó una huella, porque fue cuando tenía 12 años cuando su padre, general del Ejército Nacional Afgano, fue asesinado por los talibanes, lo que obligó a su madre a tomar la decisión de irse del país junto a sus hijos.

Después de pasar por Pakistán e Italia, llegaron a Dinamarca, país que cambiaría su vida por completo.

LA PRIMERA REFUGIADA EN LLEGAR A LA SELECCIÓN

Nadia y su familia llegaron a un campo de refugiados, periodo que ella recuerda como uno de los más ‘felices de su vida’. Durante esta etapa intentó adaptarse y el futbol fue parte fundamental para que pudiera convivir con los niños y niñas de su edad en país desconocido para ella. No se imaginó que lo que inició como una distracción, se convertiría en una de sus profesiones.

En el 2006 fichó con el IK Skovbakken en la Liga danesa de futbol con tan solo 18 años, misma edad en la que solicitó su nacionalidad, pero no fue hasta los 20 años que lo consiguió.

Ya teniendo la nacionalización, la selección de Dinamarca se fijó en ella, pero un nuevo obstáculo se pondría sobre ella. El reglamento de la FIFA no dejaría que representara al país, pues aún no pasaban los cinco años que se debían cumplir después de ser reconocida como danesa.

La selección apeló dicha regla y la FIFA hizo una excepción con su caso y el 4 de marzo del 2009 debutó y se convirtió en la primera jugadora nacionalizada en representar a Dinamarca y ya suma más de 100 partidos con la camiseta danesa. Hoy es jugadora del Racing Louisville de la National Women’s Soccer League de Estados Unidos.

FUERA DE LA CANCHA, MÉDICO CIRUJANA, POLÍGLOTA Y TODO UN EJEMPLO

La vida de Nadia no ha sido sencilla, pero los pretextos en ella no caben. En enero de este año, terminó la carrera como médico especializada en cirugía reconstructiva. Además, habla ocho idiomas: danés, inglés, alemán, francés, hindi, urdu, persa y pashto.

Por si esto fuera poco, su gran labor en la igualdad de género y la promoción del deporte, la llevaron a obtener el reconocimiento de ‘Campeona de la UNESCO para la Educación de las Niñas y las Mujeres’.

Por todo esto, está en el lugar veinte de la lista de las deportistas más poderosas de acuerdo con la revista Forbes. Este lunes, su Selección fue eliminada en Octavos de Final ante Australia, pero no por ello se mantiene como un referente.

“Para las futbolistas es una obligación levantar la voz sobre nuestros problemas. Espero que si ves una injusticia, y tienes poder para hablar, lo hagas, porque influirá en muchas personas. Desgraciadamente, es algo que veo cada vez menos, pero de todas formas me concentro mucho en lo que puedo aportar yo”, asegura Nadim.