La vida de Boris Johnson siempre se ha caracterizado por sus excentricidades, y el futbol no está alejado de ello.
Después de su renuncia como Primer Ministro del Reino Unido, se volvió viral un suceso ocurrido durante un partido benéfico en 2006 entre Alemania e Inglaterra.
Corría el minuto 86 en la cancha del Madejski Stadium, con victoria parcial de los germanos 4-2, cuando el político corrió hacia Maurizio Gaudino; sin embargo, no se esperaba que perdiera el control y terminó tacleándolo como si fuera la NFL.
Boris Johnson, consciente de la gravedad de su choque, sólo le quedó llevarse las manos a la cabeza, esperando que el futbolista italo-alemán estuviera bien.
¿Cómo le fue a Maurizio Gaudino en América?
Nacido en Bruhl en 1966, contaba con la nacionalidad alemana a italiana, aunque terminó inclinándose por defender la camiseta de los germanos en su carrera.
Debutó en 1981 con el Waldhof Mannheim, y en 1987 pasó al Stuttgart, donde jugó por seis temporadas. Su nivel como mediocampista lo hicieron llegar al Eintracht Frankfurt y para 1994 emigró a la Premier League con el Manchester City.
Sin embargo, las miradas de México voltearon a él tras su participación en el Mundial, donde las Águilas adquirieron sus servicios.
Sin embargo, la aventura de Gaudino por el América fue breve y su paso fue más con más pena que de gloria. El mediocampista teutón nunca logró adaptarse con los de Coapa, y estuvo envuelto en más polémicas que de lo que hizo en el terreno de juego.
Tras la poca actividad que tuvo, la afición azulcrema se sintió decepcionada porque consideraron que nunca sintió los colores, aunado de que existió el rumo que había caído en México porque tenía supuestamente problemas en Alemania por negocios ilícitos; sin embargo, nunca se le comprobaron.
Más excentricidades de Boris Johnson
Este suceso entre el ex Primer Ministro del Reino Unido y Maurizio Gaudino no es el primero donde se exhiben sus carencias atléticas o su competitividad.
El político británico también es recordado por tirar a un niño durante un exhibición de rugby, o incluso, perder en un concurso de cuerda.